Cuenta con mi espada!

Hoy, después de cinco posts en los que me he cagado en cientos de personas, vamos a cambiar un poco el chip. No todo son cosas malas, y ahora lo vamos a demostrar hablando del personaje más molón que ha dado la fantasía épica: El paladín.

Chist... que te meto...

Los paladines, caballeros, templarios buscan hacer y que se haga el bien, defienden a los débiles y luchan contra los malosos. Rescantan princesas, decapitan dragones y expulsan no muertos. Es el día a día en la vida de estos guerreros. Se lo toman todo muy en serio y no se andan con chiquitas cuando les tocan los cojones. Suelen tener un código de conducta que siguen al pie de la letra, y que puede dar lugar a situaciones muy divertidas, como veremos más adelante en el pequeño homenaje a Sturm Brigthblade. Muchas veces se guían por su fe a un dios, pero no es un requisito indispensable, aunque los creyentes suelen tener poderes divinos. Como puntos negros tenemos que decir que algunos son un poquito... cabezacuadradas, fanáticos y tal. Pueden ser divertidos en una partida del Dungeons and Dragons, pero esos son los que menos molan.

Cualquiera que haya leído las Crónicas de la Dragonlace tendrá su personaje favorito. Para unos será Tas, para otros Tanis, y para otros Raistlin (aunque me duela). Sin embargo a mí siempre me gustó Sturm. Ese hombre tenía los huevos cuadrados, y era siempre fiel a su código de Solamnico. Quién no recuerda al principio de "El retorno de los dragones" cuando va a buscarles la guardia en masa y el tío no se quiere mover y dice: "salir corriendo? huir de esta gentuza?" O cuando van por el camino a punto de ser descubiertos y se esconden todos en los arbusto y él se niega a apartarse por unos cuantos malosos. O cuando se enfrenta a Kit, la mujer a la que ama, por sus amigos. Se me saltan las lágrimas, oye.

Pero no solo la Dragonlace tiene paladines. Los del Dungeons & Dragons molan un cacho, y eso de poder convertirte en uno aunque sea unas horitas les da un atractivo mayor. Como siempre soy el mastar del D&D tengo que conformarme con hacer de paladín en las partidas de rol por foro, pero no hay problema. Un buen paladín tiene que tener muy altas la fuerza, la resistencia, la sabiduría y el carisma. Tienen que ser tíos guapos que irradien bondad y que la gente confíe en ellos. La sabiduría para los conjuros y la fuerza y resistencia para que no te mee cualquier maloso de turno. Una buena armadura brillante, un mandoble talla XXL, un caballo blanco con el de Santiago y hale, a hacer el bien por el mundo.Los juegos de rol on-line también tienen opciones para crearte un defensor del bien. El Baldur's Gate II me ha proporcionado horas y horas de diversión, y uno de sus mayores aciertos fue poder configurarte el pejota como si estuvieses delante de una ficha del D&D, es decir, al dedillo. Mi paladín era Lord Varlem, un gran personaje. Qué recuerdos.
En el NeverWinter Nights también pillé un caballerete, pero en este caso fue una fémina, Carla d'Arnise.

En el Warcraft III clásico el paladín era una buena opción como segundo héroe: curaba y resucitaba además de meter caña. Qué más se puede pedir? Con la llegada del World of Warcraft estos personajes se han perfecionado.

Y quién no recuerda al paladín del Diablo II? No era demasiado popular (molaba más el bárbaro, yo me lo pasaba pipa destrozando gente con él) pero en el multijugador no estaba mal. Buscar inspiración para llevar un pejota de estos no es nada difícil. Solo hay que haberse visto/leído un par de libros/pelis y hale, a cascarla. Por ejemplo: El Quijote, Crónicas de la Dragonlance, Las leyendas del Rey Arturo, Los caballeros de la mesa cuadrada, el primer caballero, el cantar de Mío Cid, Las cruzadas...

Larga vida al paladín!