Risión cumplida.
Engendro, el grupo paralelo del cantante de Mamá Ladilla, Juan Abarca, con el bajista Javier Álvarez y Arturo Ballesteros a los teclados, se caracteriza por moverse en la delgada línea entre las estupideces sin sentido y lo que parecen estupideces, pero no lo son, y que además tienen su cosilla.
Humor ácido, sin pretensiones, que reinventa las canciones en las que se basa, y que te hace salir del concierto pensando en los cinco leuros mejor invertidos que recuerdas.
Vale que Madafaca (La flaca), Es pútrido (you're beautiful) o Tráeme un cojín del cuarto de estar (video kill the radio star) no tengan gran mensaje... bueno, tampoco la de Willie Fuck (Willie Fogg), ni la del pobre niño vaca (Lucky Lucke "I'm a poor lonesome cowboy..."), ni la de los estragos del tiempo (la senda del tiempo) pero por lo menos la del Lidl (Libre), no duraría (No dudaría) o la de Manuel Machado (Moonlight Shadow) dice cosas ciertas (en cierta medida). Pero Que viva Lituania (que viva España), se nos rompió el condón (se nos rompió el amor), el punto G (comando G), Rey (hey... no vayas presumiendo por ahí...) sí que tienen su mensajito. Y eso que el objetivo del grupo es SOLO pasarlo y hacer pasar bien. De ahí que los discos sean gratis. (Bueno, también es verdad que hacen caja, quieras que no, en los conciertos, pero es casi como dar la voluntá, oiga)
Desde aquí reivindicamos el derecho a existir de los grupos que se pueden permitir el lujo de hacer canciones que digan "la mitad de los políticos son gays" (with a little help of my friends) y que no caen el saco de punkis malosos, raperos flipaos o rockeros pasados.
Viva Engendro. Viva.
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